La ministra de la Mujer, Gloria Rubin, revela que la cifra de embarazos es alarmante en niñas de 12, 13 y 14 años. En esta entrevista critica a las Iglesias por oponerse al marco rector de la educación sexual. En cuanto a la violencia del hombre sobre la mujer, exclama, sin contemplaciones: “A los abusadores hay que mandarlos a la cárcel, no al siquiatra...”. –¿Por qué Gloria se quedó con Federico (Franco)? Fue muy criticada por eso...
–Yo jamás renuncié. Puse mi cargo a disposición y él me pidió que me quede. Me dio absoluta libertad de acción. Tengo mi manera de pensar en muchas cosas. No practico ninguna religión. Tengo clara mi cuestión sobre los derechos de la mujer. Si yo siento en algún momento que esas garantías son vulneradas, me iré... Además tenía algunas cosas muy concretas que lograr...
–¿Qué, por ejemplo?
–La concreción de la ley del ministerio de la mujer y la inauguración de tres nuevos centros de atención de la mujer. Ya se inauguró uno en Filadelfia. El centro de Curuguaty, que se está construyendo y se inaugura el 13 de octubre. Otro en Pedro Juan Caballero, una ciudad de frontera muy violenta contra la mujer. Desde que estoy en el ministerio de la mujer hicimos el primer refugio aquí, para 50 mujeres...
–¿El que golpea es un enfermo?
–Es toda una cultura patriarcal, masculinista la que lleva a las mujeres a soportar la violencia de su pareja, y encima están los hijos. Nadie quiere abandonar su casa. Cuando estuve en Kuña Aty (ONG de asistencia a las mujeres), dos personas fueron asesinadas por su pareja. Una de ellas estaba con tres años y la otra con dos años de tratamiento. El golpeador no es drogadicto o alcohólico. Es un abusador. Él sabe que es el dueño y que puede hacer lo que quiere. ¡Hay que educar! En la Argentina hubo casos muy paradigmáticos últimamente. Las parejas fueron quemadas. Son abusadores. Son delincuentes. Hay que llevarlos a la cárcel, no al psiquiatra. Lo que pasa es que el hombre masculino está perdiendo su poder desde hace 50 años. La mujer fue conquistando su igualdad con los hombres.
Hoy participan de los negocios, la política, la economía. Todas son conquistas de la mujer y eso debilita el absolutismo de los machistas. La Organización Internacional del Trabajo tiene varios convenios. Uno de ellos indica que el hombre tiene que ayudar también en la casa. Es el capítulo llamado “Participación en el hogar”.
–El 80% de las llamadas al 911 son de pedido de auxilio por la violencia familiar...
–El aumento de la violencia, las violaciones, el embarazo no deseado, todo tiene que ver con la educación. El 48% de las mujeres embarazadas son solteras. No se les enseña que su cuerpo debe ser respetado y no profanado. Por eso yo estoy a favor de que entre en vigencia el marco rector de la educación sexual en los colegios.
–Hay dos corrientes, la que defienden las Iglesias y la que defienden las feministas. Ahí hay un cortocircuito...
–Yo soy militante de la defensa de la vida de las mujeres, de las niñas que por falta de educación tienen hijos a los 12 años.
–¿Su ministerio no tiene contacto con las Iglesias?
–¡Claro que queremos! Yo les pediría que ellos enseñen en sus escuelas educación sexual real. Yo no tengo problema en charlar, pero cuando una posición está tomada desde el Papa para abajo, es muy difícil que cambien. Yo ya no tengo tiempo de negociar. Los problemas reales nos abruman.
–Acusan a las feministas de querer imponer los temas de homosexualidad, aborto, anticonceptivos, finalmente la ideología de izquierda.
– Para el género femenino hay tres artículos muy importantes en la Constitución Nacional: el artículo 48 de la igualdad, el 60 de la lucha contra la violencia, el 61 de la salud reproductiva. Si esto es ideología, yo hace 40 años que milito sobre esta ideología.
–¿Usted milita políticamente en la izquierda?
–Yo me considero socialista, pero nunca me afilié a ningún partido porque también soy muy exigente. Quiero una izquierda que respete la propiedad privada.
–¿El feminismo es de izquierda?
–El feminismo es una corriente social que lucha a favor de la mujer para alcanzar sus derechos. Si no hubiera feminismo no hubiera existido la cuota de las mujeres en los partidos políticos, una ministra, ni el derecho al voto.
–¿Sus opiniones no colisionan con las del presidente Federico Franco?
–Yo le respeto mucho a él y respeto lo que piensa y estoy convencida de que él también me respeta. Yo lucho por la vida y el bienestar de la mujer. Trabajamos bien en esa línea.
–En la campaña electoral va a primar la opinión que tengan los candidatos sobre el aborto.
–Me niego a hablar del aborto. Hablaré recién a partir del 16 de agosto de 2013, pero no me voy a cansar de decir que estoy a favor del marco rector de la educación sexual en los colegios, porque queremos defender la vida de las mujeres. A mí me importa más la vida del niño, de la niña y de la madre. Pero me importa mucho más la vida de la madre, ya que soy ministra de la Mujer. Para eso me pusieron ahí. Algo hemos hecho y seguimos haciendo, a pesar de que hasta para conseguir recursos es difícil.
–¿Y cuando llegue el momento de la campaña política?
–Yo no voy a participar de ninguna campaña política. Acepté este trabajo porque puedo decir que me preparé toda la vida para este cargo. No podemos desconocer las estadísticas. Hay que enseñar a los niños y jóvenes...
–¿Y las Iglesias?
–Si no aceptan esta realidad que es cruda, es una militancia de la muerte la que hacen, porque no se están evitando los embarazos en niñas cada vez más precoces, exclusivamente por falta de educación, y el Ministerio de Educación le tiene miedo a la Iglesia. A la mujer hay que enseñarle cómo funciona su cuerpo.
–Las Iglesias reivindican el amor, el sexo después del matrimonio...
–Las relaciones sexuales se producen cada vez con más frecuencia a los 12, 13 y 14 años. Hoy proliferan cada vez más enfermedades sexuales que antes ya dábamos por desaparecidas, como sífilis. Lo del casamiento es utópico.
–¿Qué es lo que quiere enseñar en la escuela y que las Iglesias se oponen?
–Hay que enseñar el anticonceptivo, el preservativo, el dispositivo intrauterino...
–¿Y la abstinencia?
–También. Pero yo soy realista. Primero que nada hay que ser realista. Tenemos que solucionar el problema que tenemos. Se puede enseñar la abstinencia, el amor, por supuesto. A mí lo que más me preocupan son la enfermedad de transmisión sexual, la cifra alarmante de embarazos en los colegios. Las Iglesias no nos dan un antídoto contra este flagelo. Si nos dieran, lo aceptaría...
–¿Usted haría una campaña nacional masiva a favor de los anticonceptivos?
–¡Me van a incendiar! Nosotros intentamos repartir un librito y casi nos ahorcaron, y un ministro renunció (por el ministro Luis Riart).
–¿No le llama la atención que por algo es que están en contra?
–Si vamos a hablar de ideología, hablemos de la Iglesia Católica también….
–Son principios seculares que mantiene la Iglesia...
–Hago un desafío. Salga a la calle y pregunte a 100 mujeres y a 100 hombres si usan anticonceptivos o preservativos. De las 100 mujeres, el 90% son católicas o cristianas. La mayoría usa...
–¿Qué significa?
–Hipocresía. Doble fachada, doble moral...
–¿No puede haber un término medio aquí entre lo que ustedes propugnan y lo que la Iglesia propugna?
–¡Y la educación!
–¿Ahora cómo está la discusión?
–Está en stand by. En el gobierno de Lugo se tuvo que haber implementado el marco rector. Se detuvo y evidentemente en el gobierno de Franco no se va a tocar el tema. El pronóstico es negro. Cada vez los embarazos no deseados aumentan más. Además, nadie puede desconocer que la homosexualidad existe, el lesbianismo existe. Es una tragedia para los padres...
–¿Cómo se va a discutir en el colegio ese tema?
–En los colegios deben contar que existe. Es una realidad que existió siempre, desde la biblia de los guaraníes. Los llamaban los “teviró”. Cuando llegó Juan de Salazar y Espinoza ya existían los “teviró”.
Llevaban las canastas en la cabeza como las mujeres. Hay que enseñarles a los niños y a los jóvenes que se trata de un ser humano con sentimiento, que sus padres le quieren igual como son, que sus hermanos le quieren, que su sacerdote le quiere. Hay que enseñar a respetarle y no a golpearle ni burlarse ni maltratarle. Los estudiantes tienen derecho a conocerlos bien, y los homosexuales y lesbianas tienen que saber que sus derechos deben ser respetados...
No hay comentarios:
Publicar un comentario